Debido a la pandemia iniciada hace 3 años, niños, niñas y adolescentes tuvieron que pasar más tiempo en casa conectados a internet.
En México, 50% de las niñas y niños entre 6 y 11 años son usuarios de internet o de una computadora y en el caso de los adolescentes de 12 a 17 años, entre el 80 y 94% usan internet o una computadora.
Desafortunadamente, internet también representa riesgos para la niñez y la adolescencia, según las encuestas nacionales, 25% de las y los adolescentes de entre 12 y 17 años ha vivido alguna forma de ciberacoso en México. Además, las autoridades federales también han advertido de un incremento considerable de crímenes digitales, violencia en internet y tráfico de pornografía infantil durante los meses de confinamiento.
Las niñas, niños y adolescentes están particularmente expuestos a la violencia en internet, la cual puede tener consecuencias graves en su desarrollo, salud mental e integridad personal.
Para tratar de controlar esta situación, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, emitió una serie de consejos a los padres de familia para que sus hijos puedan emplear el internet con responsabilidad y seguridad.
Utiliza la tecnología a tu favor
Instala filtros de búsqueda segura en el dispositivo que usan niñas, niños y adolescentes y en las aplicaciones digitales que utilizan. Para redes sociales y videojuegos, configura las opciones de privacidad más estrictas.
Además, es muy importante que compruebes que el dispositivo de tu hijo o hija tiene instalados programas de seguridad conocidos como firewalls, antivirus y bloqueadores de ventanas emergentes.
Fomenta la amabilidad
Promueve y vigila una buena conducta en internet alentando a tus hijos a que sean amables y respetuosos con sus compañeros de clase y amigos, que no difundan rumores, burlas o comentarios e imágenes inapropiados.
Pasa tiempo con ellos en internet
Llega a un acuerdo con tu hijo o hija para establecer unas normas sobre cuándo y dónde pueden utilizar los dispositivos; fomenta que su uso sea por periodos reducidos y hazles saber lo importante que es cuidar su privacidad y seguridad en redes sociales, así como hablar contigo u otros adultos de confianza si sufren ciberacoso, grooming, sexting o si tienen alguna experiencia que les incomoda en Internet.
Enseña a tus hijos a mantener en privado su información personal, sobre todo ante desconocidos y explícales que deben evitar proporcionar su nombre completo, dirección o imágenes suyas o de su familia.
Conoce sus hábitos en línea
Busquen y compartan información de páginas web confiables y reconocidas; fomenta con ellos la búsqueda de contenidos de calidad y guíalos para evitar su acceso a contenidos inapropiados.
Ayuda a tus hijos a reconocer y evitar aquellos contenidos erróneos e inapropiados.
Mantén una comunicación abierta y de confianza
Entabla un diálogo sincero con tus hijos sobre cómo y con quién se comunican, asegúrate de que comprenden el valor de las interacciones cordiales y solidarias, y que un contacto inadecuado, discriminatorio o agresivo es inaceptable, anímalos a que si pasan por cualquiera de estas difíciles experiencias te lo cuenten inmediatamente, a ti o a un adulto de su confianza.
Es fundamental que la niña, el niño y el adolescente entiendan la diferencia entre secretos buenos y secretos que hacen daño.
También es importante que sientan la seguridad para hablar de sus problemas con alguien de confianza, en un espacio donde puedan ser escuchados sin juzgarles ni culparles.
Observa sus reacciones y conductas
Mantente alerta si tus hijos parecen preocupados o se muestran reservados durante sus actividades en internet, ya que esto podría ser un signo de que está sufriendo alguna forma de violencia.
El abuso sexual, incluso en línea, ocurre generalmente bajo un pacto de silencio entre el abusador y la víctima.
Algunos cambios de comportamiento pueden indicar posibles situaciones de abuso sexual como: mal humor, angustia, pesadillas frecuentes, ansiedad, ira, introspección o depresión.
La niños también pueden mostrar rechazo a una persona o actividad en particular, o incluso hablar de sexualidad con expresiones que no son adecuadas a su edad.
Hay que estar atentos a estos cambios.
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