Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en México enfrentan una amenaza seria: el 75.5% de ellas podría quedar paralizada debido a la falta de preparación ante ciberataques, según un estudio reciente.
La carencia de habilidades internas para lidiar con problemas de seguridad digital las deja expuestas a ataques que pueden tener consecuencias devastadoras.
De hecho, el tiempo promedio para que las PyMEs recuperen sus operaciones después de un ataque es de aproximadamente 18 meses. En algunos casos, las empresas ni siquiera logran volver al mercado.
La creciente frecuencia de incidentes cibernéticos ha impactado la confianza de las PyMEs en su capacidad para proteger sus negocios. El 52.8% de las empresas ya han sido blanco de al menos un ataque en lo que va del año.
La preocupación es elevada: el 92.8% de los empresarios teme que un ciberataque severo pueda detener por completo sus operaciones, y el 93.8% se siente vulnerable a convertirse en objetivo en los próximos seis meses.
99.7% de las PyMEs ya han sido víctimas de ciberataques y han experimentado repercusiones serias
Mientras que aquellas que lograron recuperarse tardaron un promedio de 18 meses, otras no corrieron con la misma suerte y tuvieron que cerrar sus puertas.
La investigación también señala que el 75.2% más de las PyMEs en comparación con 2023 ha reportado daños a su reputación como consecuencia de la mayor frecuencia de ataques. Esto resalta la urgente necesidad de que las PyMEs fortalezcan su seguridad digital para evitar consecuencias permanentes.
Las PyMEs son esenciales en la economía mexicana, ya que representan el 72% del empleo en el país. Por ello, es crucial que tomen conciencia de los riesgos cibernéticos y se comprometan a reforzar sus medidas de protección.
La implementación de estrategias proactivas de ciberseguridad no solo protegerá sus datos y mantendrá la confianza de sus clientes, sino que también les permitirá seguir siendo competitivas y cumplir con las demandas de seguridad que imponen tanto grandes corporaciones como entidades gubernamentales. Aunque en la actualidad no es un requisito obligatorio, se espera que en el futuro la ciberseguridad se convierta en un estándar obligatorio para hacer negocios con grandes empresas.
Adoptar una estrategia integral de ciberseguridad implica la capacitación continua del personal, la simulación de ataques como el phishing, el uso de contraseñas seguras y la autenticación multifactor. También incluye el cifrado de información, la actualización de sistemas y software, la creación de copias de seguridad y el establecimiento de planes de respuesta ante incidentes.
Las PyMEs que tomen medidas preventivas y estén preparadas para enfrentar ciberataques no solo protegerán su negocio, sino que también garantizarán su permanencia en el mercado y su capacidad de seguir creciendo.
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